En la Espol aprendí Economía con una rigurosidad académica tanto en lo empírico y teórico, que me permite servir a mi país en la función pública. Los profesores me exigían al máximo nivel para poder adquirir destrezas y habilidades que luego utilizaría en mi carrera como funcionario público en la Aduana del Ecuador, Banco de Desarrollo y Banco Central del Ecuador; este último donde se formulaba la política económica y monetaria del país.
A la Espol también le debo mi pasión por la enseñanza, ya que mi vocación como profesor empezó en la universidad como ayudante de cátedra, y hoy también puedo contribuir al país desde la academia.