Dependencia y autonomía, la forma en que las comunas del norte de Santa Elena se auto organizan ante momentos difíciles

La crisis de salud y social provocada por la pandemia, a causa del Covid-19, visibilizó algunas carencias en cuanto a política pública, sobre todo en zonas rurales del país. ¿Cómo las comunas costeras del norte de Santa Elena hicieron frente a ello? Un estudio elaborado por la docente de la carrera de Arqueología, Marie Lager, recopila información sobre ello.

A partir de varios testimoniales, realizados por líderes comunitarios y nativos de las 70 comunas del norte de la provincia de Santa Elena, el estudio titulado Las comunas costeras frente al Covid 19, recoge los escenarios de organización territorial y alianzas sociales que les permitió a los habitantes de esta zona del país, hacer frente a la difícil situación del momento. Los objetivos del estudio se centran en dar a conocer la situación de estas comunidades en el marco de la crisis sanitaria vivida en el país en los meses de marzo a mayo de 2020 y la utilización de métodos alternativos para la socialización de los datos.

La investigadora desarrolló una base de datos de dirigentes comunales y habitantes nativos, durante los meses de marzo y abril de 2020 a los que, vía telefónica, se le realizaron 16 preguntas referentes a número de fallecidos, número de personas contagiadas, existencia y funcionamiento de centros de salud, apoyo gubernamental y demás datos demográficos que pudieran dar cuenta de la situación real. En el mes de mayo se actualizó la base de datos y se incluyeron preguntas alrededor de las acciones comunitarias realizadas, datos en los que se basa el estudio.

Algunos de los resultados de los testimonios presentados por Lager, indican que los pilares que permitieron la supervivencia de los habitantes de estas comunas fueron las relaciones con actores externos o alianzas sociales; el acceso al territorio, entendido como mayor superficie de tierra para uso y usufructo comunal y el trabajo comunitario. De acuerdo al estudio, las privatizaciones de tierras comunales que se han dado en los últimos 50 años ponen en constante riesgo el acceso a la tierra por parte de los comuneros, lo que en los meses de marzo a mayo de 2020 hizo la diferencia en cuanto a supervivencia. 

Lager afirma que las comunas de esta zona del país no cuentan con recursos propios y se encuentran en dependencia del Estado. En este sentido la actividad turística y las relaciones con actores ajenos al territorio sustituyen la desatención estatal, logrando obtener mayor autonomía ante las entidades gubernamentales.  Un ejemplo de las relaciones con actores externos fue la gestión de la comunidad realizada con residentes extranjeros en Montañita, quienes donaron trajes de bioseguridad, colchones, tanques de oxígeno, 20 camas, entre otros suministros. De esta acción también se vieron beneficiados los habitantes de las comunas de San Francisco de las Núñez y Dos Mangas. Esto también es reafirmado con el hecho de que, aquellos habitantes de comunidades en las que se asientan haciendas bananeras, recibieron raciones alimenticias. Esta creación de vínculos con actores externos es favorable, de acuerdo a estadísticas presentadas en el estudio, los que indican que en comunas de la parroquia Manglaralto, donde existe mayor influencia turística, el porcentaje de familias vulnerables era de 68%, mientras que, en comunas de la parroquia Chanduy, comuna avocada a la actividad agrícola, el porcentaje sube a 73%.

En cuanto al acceso a territorio, un proyecto de huertas familiares y comunitarias desarrollado por habitantes de la comuna de Olón, a finales de marzo de 2020, permitió generar alternativas de sobrevivencia ante la crisis. Los nativos gestionaron semillas, riego y demás insumos para el crecimiento de lo sembrado. Gestión similar fue la realizada por 40 familias de la comuna San José quienes crearon una finca comunitaria para la siembra de frutas y legumbres. Estas acciones les permitieron subsistir; aún con ello, el estudio indica que la situación fue difícil de afrontar. En contraste, la comuna El Azúcar, que perdió extensiones de tierra en los años 30, tuvo que depender de la ayuda de instituciones gubernamentales que, de acuerdo a los testimonios, solo llegó una vez entre marzo y mayo de 2020.

Esta información, que permitió reflejar una realidad latente, a decir de Lager tiene un contexto histórico que se ha desarrollado entre autonomía y dependencia. A lo largo del tiempo los habitantes de las comunas han sido sometidos a sistemas impuestos desde fuera en los que han debido ceder espacios, Sin embargo, esto mismo les ha permitido auto organizarse y gestionar recursos en momentos apremiantes como los vividos durante los meses de marzo y abril 2020, cita el estudio. Esta nueva forma de dependencia les ha permitido mayor autonomía.

La última fase, fundamental para Lager, dentro de este estudio, fue la de comunicación/socialización de los datos entre los miembros de la comunidad.  Sostiene que se buscaron nuevas vías para socializar los resultados, esto como una forma de autocrítica a la academia y su rol, el que Lager como investigadora considera que no debe ser exclusivo y que debe transmitirse en el marco de las nuevas realidades sociales.  

El artículo completo se encuentra disponible en: https://revistes.uab.cat/periferia/article/view/v25-n3-lager