Museo Real Alto, memoria de los pueblos ancestrales de Santa Elena

En la comuna Pechiche de la parroquia Chanduy en la provincia de Santa Elena se asienta el complejo cultural Real Alto, sitio arqueológico que muestra la forma en cómo las relaciones sociales determinaron la lógica urbanística de los antiguos habitantes de la península de Santa Elena.

El descubrimiento de este espacio se dio casi por casualidad mientras el pionero del desarrollo de la Arqueología en el Ecuador, Jorge Marcos, realizaba una prospección en el Valle de Chanduy. A partir de ese día y con la colaboración de investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, CEPE y el entonces Centro de Estudios Arqueológicos y Antropológicos de la Espol, se hacen excavaciones que llevan al descubrimiento de importante información sobre la cultura Valdivia, que se desarrolló entre el período 3500 y el 1800 a.C. en la costa occidental de Ecuador, la más antigua del país.

Real Alto cuenta con varias áreas. Un museo de sitio llamado Loma del Mogote que relata 10.000 años de historia de la cultura Valdivia a través de restos arqueológicos encontrados desde su descubrimiento, una de las primeras iniciativas colaborativas del continente; una casa etnográfica y un auditorio para reuniones y talleres. Para la consolidación de este complejo ha sido crucial la participación de los miembros de la comuna, quienes formaron parte del montaje del museo, así como de la selección de su nombre y los elementos de identidad que se pueden encontrar en la exposición permanente.

Actualmente, Real Alto continúa siendo un importante sitio de rescate histórico de los pueblos ancestrales de Santa Elena, su forma de vida y costumbres, además de ser un complejo cultural comunitario pionero en una zona rural. También sirve para la realización de las prácticas preprofesionales de los estudiantes de la carrera de Arqueología de la Espol.

Real Alto no deja de sorprender. En el año 2019 los investigadores Jorge Marcos y Omar Olivo, localizaron una base o plataforma de bloque de adobes planos convexos, que dio soporte a las diferentes estructuras de casas que conformaron Real Alto ya desde hace 5350 años. Lo más temprano que se había descubierto en este sentido fue en el sitio arqueológico Uña de Gato en Tumbes, Perú, hace 3490 años, entendiendo a Real Alto como uno de los primeros ejemplos arquitectónicos y de desarrollo infraestructural en América.